Los Reyes y gran parte de la clase política se despidieron ayer del primer presidente del Senado en democracia, Antonio Fontán, entre homenajes y elogios a su contribución para la consolidación de la libertad en España. En la despedida a este político de la Transición llamó la atención la ausencia de destacados miembros del Gobierno, que hasta ahora siempre han mostrado poco entusiasmo con los protagonistas de ese periodo de la historia de España.
Quienes sí acudieron a la capilla ardiente, instalada en el Colegio Mayor Castilla de Madrid, fueron Don Juan Carlos y Doña Sofía. Los Reyes expresaron a la familia de Fontán su apoyo y sus condolencias y estuvieron confortando a Eugenio Fontán, hermano del político fallecido, así como a sus sobrinos.
En el Senado las banderas ondearon a media asta en recuerdo del que fuera su presidente, y su homólogo en la actualidad, Javier Rojo, recalcó la «permanente voluntad de consenso» que caracterizó su trayectoria, así como sus esfuerzos por apuntalar el sistema constitucional en los primeros años de andanza de la democracia.
A la capilla ardiente también se acercó el presidente del PP, Mariano Rajoy, quien destacó el gran papel de Fontán durante la Transición como «impulsor de la libertad en España». Además, se acercó la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien destacó los «grandes servicios» que Fontán prestó a España durante la Transición, por lo que la Comunidad pondrá su nombre a un centro docente. Uno de sus sucesores en la Presidencia del Senado, Juan José Laborda, dijo que fue «un referente en el proceso democrático». El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, afirmó desde Galicia que Fontán «fue un ejemplo de lo que se puede hacer desde la política en momentos difíciles».
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