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Non scholae, sed vitae discimus
Gracias. Usted ha sido un maestro y un amigo. Nos ha enseñado ciencia, buen hacer, respeto a las personas, amor a la libertad. Pero sobre todo, se nos ha dado usted mismo, su inteligencia, su afecto.
A don Antonio, que
"aunque la vida perdió
dejónos harto consuelo
su memoria"
Lágrimas por Antonio Fontán / La semana.es
El León de las Cortes.- Las Cortes Generales estamos de luto. Ha muerto uno de nuestros padres, un político al servicio de los ciudadanos, un defensor de las libertades y un precursor de la democracia en España. Antonio Fontán nos ha dejado. En el Senado le recuerdan con la bandera a media asta porque fue el primer presidente de la Cámara Alta en la democracia. En el Congreso le homenajeamos con lágrimas en los ojos porque también pasó mucho tiempo por aquí, incluido sus tiempos como ministro de Administración Territorial en el primer gobierno de Adolfo Suárez.
Antonio Fontán fue mucho más que un político. Ante todo era un hombre con cabeza: con el Estado en la cabeza y con cabeza de Estado, que no es lo mismo aunque lo parezca. Tenía una amplísima formación académica y universitaria. Licenciado en Filología Clásica de vocación y de los primeros en cursar la carrera de Periodismo. Dirigió el Diario Madrid en un férrea labor de oposición mediática a la dictadura de Francisco Franco y fundó la prestigiosa publicación Nueva Revista.
Los medios de comunicación le echarán mucho de menos porque en él siempre tuvieron a un colega, un maestro, un defensor y un rector que ensalzaba la ética y la deontología en el ejercicio de la profesión. En el Parlamento hace mucho tiempo que le echábamos de menos porque ya no quedan diputados y senadores como él, con su alto nivel de formación y con el sentido común necesario para prestar servicio al país desde las más altas instituciones. Aunque uno sea de bronce fundido, no puede evitar que se le escapen las lágrimas.
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