Non scholae, sed vitae discimus




Gracias. Usted ha sido un maestro y un amigo. Nos ha enseñado ciencia, buen hacer, respeto a las personas, amor a la libertad. Pero sobre todo, se nos ha dado usted mismo, su inteligencia, su afecto.
A don Antonio, que
"aunque la vida perdió
dejónos harto consuelo
su memoria"

             

viernes, 15 de enero de 2010

Don Antonio Fontán / Abc

Publicado Viernes , 15-01-10 a las 03 : 46
Para mí, que estaba en contacto con él y con su familia, la noticia de la desaparición de Don Antonio Fontán no ha sido una sorpresa. Y sin embargo, al conocerla, no puedo impedir que me invada una profunda tristeza y un irresistible sentimiento de vacío. Recuerdo ahora con especial emoción mi visita a Don Antonio hace apenas un mes, cuando ya su estado era muy grave, y nunca olvidaré la simpatía y el calor de las palabras que me dirigió.
Don Antonio Fontán, en sus 86 años de fecunda existencia, ha sido muchas cosas en la España que le tocó vivir. Tenía una inteligencia prodigiosa, una profunda religiosidad, una apabullante cultura, un ansia constante de libertad y un acendrado patriotismo. Él, que era un latinista sensacional y que fue catedrático de Universidad a una edad en la que algunos buenos alumnos todavía no han terminado sus carreras, no quiso quedarse en la torre de marfil de los eruditos y los sabios, y se comprometió siempre con su país. Por eso digo que Fontán fue, por encima de todo, un patriota.
Ese compromiso con España le llevó a buscar un credo político sobre el que edificar toda su actividad pública. Y ese credo político fue, para Don Antonio, el liberalismo. Él fue, en una época en la que esa palabra estaba totalmente proscrita –y no sé si hoy ha dejado de estarlo-, un verdadero liberal en lo doctrinario y, también muy importante, un liberal en el talante con que trató y colaboró con los que no pensaban como él, siempre que quisieran trabajar por el bien común de todos los españoles.
Comprometido con la libertad y con los españolesDe su compromiso con la libertad y con los españoles da buena muestra su trayectoria al frente del diario “Madrid”, que ha quedado como un modelo de defensa de la libertad de expresión. Tuve el honor de presidir el homenaje que le tributó el Senado de España, cuando, en 2000, el Instituto de Prensa Internacional le otorgó el título de “Héroe de la Libertad de Prensa”. Aquel día, y unidos por el afán de honrar a Don Antonio Fontán, estuvieron en el Palacio del Senado representantes de todos los partidos políticos españoles, intelectuales de todas las ideologías y periodistas y empresarios de prensa de todas las tendencias.
Su compromiso en la búsqueda de lo mejor para España está en la base de su constante lealtad a la Corona y, de manera especial, a Don Juan Carlos, que, en 2008, le honró con el título de Marqués de Guadalcanal. Siempre pensó, con su mente clara, limpia y rigurosa, que la Monarquía era el régimen que mejor podía garantizar los derechos y las libertades de todos los españoles.
Para mí, además y sobre todo, Don Antonio –siempre me resultó muy difícil apearle el tratamiento- fue uno de los maestros de mi liberalismo y, a lo largo de mi ya dilatada carrera política, ha sido un consejero constante, fiable, profundo y cordial.
Estoy convencida de que el vacío que hoy siento con su desaparición es un vacío que también va a sentir toda la clase política española, como también lo van a sentir todos los intelectuales de verdad que hay en España, y, por supuesto, todos los periodistas, a los que siempre defendió, aconsejó y promocionó. Y me gustaría que su trayectoria humana, intelectual y política sea un modelo para todos los periodistas, universitarios, periodistas y políticos de España.

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